Always in our mind

Porque un gran recuerdo nunca se borra. Porque los momentos felices se graban en nuestra mente de forma perenne y no nos abandonan.

Porque el DLRM, tal y como lo hemos conocido y disfrutado ha cumplido su ciclo. Su misión se ha completado.

Han sido cerca de 3 años y medio a pleno rendimiento, haciendo especial cada noche, consiguiendo que gozásemos como nunca.

Es hora de echar la vista atrás. De dejarnos embelesar por el recuerdo y disfrutar y paladear lo vivido, de aprender de la experiencia y valorar lo que hemos tenido, no en vano reza el adagio popular que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, y muchos serán los que ahora valorarán lo que han tenido tanto tiempo al alcance de la mano.

Aún recuerdo bien las primeras veces que nos dejamos caer por allí. Si no me equivoco, fue Vincent Alo quién nos habló del Club, ya que iba a pinchar allí una noche y nos invitó a pasar por allí a verle. Y algo cambió en nosotros, en aquella época ávidos de nuevos ritmos y legos aún en cultura musical.

El ambiente era distinto al que acostumbrábamos, y ya de aquellas empezábamos a sumergirnos en estos pulsos rítmicos que tanto nos han dado.

Y todo fue posible gracias a ellos. A quienes desde el principio nos hicieron sentir como en casa, con su amabilidad y sencillez, con su cercanía y confianza, sirviéndonos de Cicerones en este nuevo mundo musical que se abría ante nosotros.

Tenemos mucho que agradecer y se me quedan cortas las palabras. Llevo desde el sábado por la noche, cuando cerró sus puertas el DLRM pensando qué escribir. Dejaré que sean el corazón y la memoria quienes dicten las palabras.

Y lo primero que me viene a la memoria eran aquellos primeros días de Marzo de 2007, cuando nos convertimos en asiduos al piso de abajo, por su ambiente y su sonido. Cuando queríamos pedirle una canción a Álex y teníamos que hacerlo por señas, o cómo nos dejábamos llevar cuando los bafles lanzaban al espacio las notas de temas como Your love, From the Stars, What is love o Writers block.

Recuerdo la primera vez que entré en la cabina, cuando crucé aquel estrecho pasillo que conducía a ese habitáculo mágico donde la música se hacía carne, donde todo el ritmo encontraba su sentido y donde el feeling lo inundaba todo.

Como Alex me dejaba mirar la maleta con sus temas, me recomendaba los mejores remixes e iba solucionando sencillas dudas que me surgían.

Pero lo mejor de vosotros, de Álex, de Joao, de Vincent, de Tania, de todos, nos lo hemos llevado fuera, en la barra, tomando algo y charlando distendidamente. Allí se forjó la confianza y algo especial. Una comunión única con aquel lugar, una sensación de cercanía y felicidad nunca antes experimentada en un club.

Nunca olvidaremos muchas cosas, pues ya forman parte de nosotros. En nuestro genoma se han codificado nuevos genes, se ha sintetizado el ritmo y hemos ascendido un peldaño. Somos más completos que antes porque nos lo habéis contagiado, nos habéis infectado vuestra música, habéis colonizado nuestra cerebro y nuestra alma hasta convertirnos en uno más de vosotros, en un Homo Delirium.

Las mejores horas las hemos vivido allí, hemos forjado nuevas amistades, hemos consolidado otras existentes, hemos disfrutado de cada segundo, de cada canción, de cada anécdota, de cada trago. Es imposible que en alguna tarde, ante un cómplice café, no recordemos momentos como aquellas 2 sesiones de Septiembre de 2007, cuando nos dimos cuenta de qué iba ésto, de la calidad que teníamos enfrente, de la grandeza de la música y de la suerte de poder disfrutarla tan cerca, de ese gran privilegio.

Gracias por enseñarnos, por permitirnos ser uno más, por tener siempre una sonrisa, por hacernos felices, por permitirnos compartir tantas cosas con vosotros, tantas charlas interesantes, momentos que ya forman parte de nuestra historia particular.

Todo está plasmado en una camiseta. El respeto, el cariño, la gratitud, la diversión, el feeling. EL GROOVE.

Las lágrimas del último día no empañaron nuestra mente, nuestra manera de entender así la música y la lo que ello conlleva. Una puerta se cierra pero seguro que otra se abre.

El futuro nos deparará sorpresas, eso creo firmemente. Lo mejor siempre está por llegar. Pero nunca renunciaremos a la herencia que hemos recibido, al cariño recibido y al respeto demostrado. Eso nos quedará siempre.

Por todo ello, GRACIAS A TODOS.

http://www.youtube.com/watch?v=kFLgW_dlWGc

Que sea la música quién tenga la última palabra, como siempre ha sido.

Siempre Delirium

Fd: Suyuke Night Session